Al lado de los contaste, los Afanador y los Machado, Juan Vicente
Cardozo se enrolo en la lucha por la emancipación a partir de 1810 cuando
siendo secretario del Ayuntamiento de Angostura, fue destituido por simpatizar
con la junta Suprema de caracas. Entonces fue perseguido hasta 1817 que se sumó
a los patriotas que hicieron posible la toma de Angostura.
Cardozo era un joven ilustrado
nacido en Angostura el 29 de agosto de 1783, un mes más joven que el
Libertador. Sus padres Juan Crisóstomo e Inés Margarita de Alén, peninsulares
radicados en la provincia de Guayana desde la época del gobernador Manuel Centurión, se esmeraron
en darle la buena educación tanto a él
como a sus hermanos Juan Bautista y Casto, también incorporados, pero como
civiles, el ejército republicano. Juan Vicente, entre todas, fue siempre el más
destacado, hasta el punto de recibir la confianza del Libertador, quien lo
nombró Gobernador político de la provincia y Presidencia de la Municipalidad de
la Capital, cargo que le fue ratificado por elecciones del 8 de diciembre de
1817.
En esos comicios del 8 de diciembre
de 1817 fueron elecciones para integrar la primera Municipalidad que se
constituyó en Angostura después de ocupada la provincia por los patriotas,
además de su presidente Juan Vicente Cardozo, Lorenzo Lezama (primer
Vocal-alguacil mayor), José Luis Cornéeles (Segundo Vocal-alcalde provincial),
José Tomás Machado (tercer Vocal-fiel ejecutor) Felipe Delepimi (cuarto vocal-Padre
de menores) Guillermo Grillet (quinto vocal-sindico procurador), Tomas de
Urbina (sexto vocal-administrador de rentas) y Casiano Bezares (secretario).
Como se percibe, entonces, acaso por escasez de personal idóneo, los concejales
ejercían a la vez cargos administrativos dentro de la propia municipalidad.
Esta municipalidad se instaló el
primero de enero de 1818 y dictó su primera Ordenanza siete días después,
dirigidos a ponerle freno a los problemas de los cadáveres arrojados al
Orinoco, a los limosneros, prostitutas, al libre transito por villas y ciudades
y a las irreverencias contra la iglesia.
Como que había quejas por parte del
gobernador eclesiástico Domingo Pérez Hurtado puesto que el primer artículo de
la Ordenanza establecía castigo severo contra “el que blasfemaré contra ella (La Religión Cristiana) y faltaré a la
reverencia debida al Santísimo Sacramento, a la Madre de Dios, a los Santos y a
los Templos”.
Tanto ayer como hoy – parece ser esto una constante inevitable o
producto de los momentos de crisis económica – se llegaba hasta el extremo del
abuso, incomodar a la gente con solicitud de limosnas y colaboraciones
invocando necesidades cristianas o humanitarias. Es por eso que Juan Vicente
Cardozo prohíbe absolutamente pedir limosnas para cofradías o hermandades.
Asimismo no debían hacerlo los mendigantes sin licencia del Gobierno.
Estando el país en guerra a favor de
la Independencia, amenazada y asediada constantemente la provincia por espías y
conspiradores, necesario era ponerle control al derecho de transitar
libremente. De suerte que fue disposición expresa del gobernador y presidente
edilicio impedir que ninguna persona eclesiástica, ni secular de cualquier
sexo, saliese fuera de la Capital a dos leguas de distancia, para el interior,
ni embarcados para los pueblos, villas y lugares de la provincia o las vecinas,
sin llevar expresa licencia por escrito de las autoridades competentes. Para
los aprehendidos sin este documento se establecía sanción de 25 pesos de multa
y 50 para los responsables de embarcaciones con pasajeros sin el pase
correspondiente y según las
circunstancias que concurran en la persona que contravenga, se le juzgará como
sospechosa al Gobierno de la República”.
Ese año la viruela comenzó a causar estragos en la provincia y el
gobierno se vio obligado a dictar un Bando ordenado que luego de enfermarse
algún habitante de viruela o de otro mal contagioso, fuese denunciado ipsofacto
al alcalde de barrio para la ejecución de las providencias correspondientes. Lo
mismo debía hacer los médicos y cirujanos latinos y romancistas a los cuales
les tocará recetar pacientes, so pena los primeras de 6 pesos de multa y 4 los
segundos. La mitad del producto de las sanciones se comprometía para el
vestuario de la tropa y la otra para los gastos de Justicia.
Afortunadamente existía desde 1798
que fue descubierta por el médico Inglés Eduardo Jenner una vacuna contra la
viruela, pero no obstante que España había sido una de las propagadoras de esta
vacuna en esas colonias, en la provincia de Guayana no se conocía. De suerte
que ante la emergencia hubo el gobernador cardozo que comisionar al almirante Luis Brion para que
la hiciese traer de las colonias extranjeras y al doctor Samuel Forsyth para
que se abocara a obtener “el mismo Fluido
en las Vacas, a cuyo intento practicará con el interés y actividad que ha
manifestado al Gobierno todos los reconocimientos que crea necesario, y para lo que se le
facilitara cuantos auxilios pida”.
La forma de vacunar entonces la viruela era inoculando el pus de los
animales enfermos de la llamada peste vacuna (coxpox), pues el científico
Inglés Jenner había descubierto que los enfermos que padecían de tal peste eran
refractarios a la viruela.
Y así como había que prevenir y
atacar la viruela había que hacerlo con otros males en constante asecho. La
pérdida de la provincia de Guayana fue un golpe noble para los realistas que le
habían hecho inexpugnable. Angostura como lo previeron sus planificadores y
fundadores era la puerta de entrada desde el mar hacia el interior del dorado
minero y ganadero. De allí que desde su toma por los patriotas hubieran
intentado de algún modo recuperarla
hasta con una especie de “caballo de Troya” si era necesario. Al parecer así se
proyectó pero fue accidentalmente descubierto desde la capitanía de puerto que
detecto la sospechosa frecuencia con que viajaba una negra cuyo nombre y
paradero jamás se supo, al igual que el destino de once tripulantes de la flota
de Brión que junto con ella fueron aprehendidos tras decomisarle documentos que
arrojaban luz sobre una proyectada rebelión.
La proyectada rebelión se habría estado gestando entre tripulantes
de las embarcaciones pertenecientes a la armada en combinación con hispanos
residenciados en las Antillas, pero con intereses en la Angostura del Orinoco.
A tales tripulantes se les habría prometido en recompensa bienes de los
habitantes afiliados activamente a la causa patriota.
Esto dio lugar a que en el bando del 8 de
febrero de 1818, el gobernador Cardozo tocara el asunto en los siguientes
términos:
“El enemigo se vale de cuantos medios le
dicta su ambición desmedida, y el odio e interés característicos que anima y
dirige todos sus pasos y movimientos, vela sin cesar en la destrucción del
sistema liberal que felizmente se ha establecido y se disfruta en todo el
territorio que domina la republica de Venezuela. A los dignos defensores y
habitantes de ella, les es privativo ser infatigables y superiores en la misma
vela para oponerse a los tiros de la injusticia, del desorden, y de la
arbitrariedad, burlando las criminales ideas de los que cifran su felicidad en
la ruina de nuestras personas, y en la inicua posesión de nuestras propiedades.
De estos principios se deduce cuan interesante es aquella continua y no
interrumpida atalaya; y en este concepto se ordena a todos, sin excepciones,
que deben dar cuenta al Gobierno Político en esta Capital, y a sus
representantes fuera de ella, de cuantas noticias adquieran, y se les comunique
por escrito o de palabra sobre sucesos favorables a las armas enemigas, que se
propagan regularmente tan falsas como estudiosas; y del mismo modo de las
cartas y papeles de autores conocidos o anónimos, y espías que por cualquier
punto se introduzcan en esta provincia; entendidos los contraventores de que
serán, además de tratados como enemigos o sospechosos al Gobierno Republicano,
según las circunstancias del caso, destinados al servicio de obras públicas, y
después al de las armas”.
Bajo tales previsiones comenzaron a llegar
las noticias, y una de ellas tenia que ver con la circulación de monedas
dudosas o sospechosas, pues como era sabido, en la Provincia de Guayana como en
las demás bajo el dominio de los patriotas solo se permitía la circulación de
la moneda cordón de oro y plata, cabe decir la Macuquina del antiguo régimen
español y la Macuquina acuñada en caracas en la segunda época de la República;
sin embargo, el Gobierno detecto la circulación de una moneda contrahecha, por
lo que el bando de la misma fecha editado en la prensa donde mas tarde si
editaría el Correo del Orinoco, amenaza con castigos severos tanto para los
falsificadores de monedas como para los encubridores.
Las averiguaciones conducirán mas tarde
ha encontrar en Barinas la fuente del dolo. El General Páez era el responsable.
Privado de recursos en la provincia de Barinas, aislado y sin un signo de
convención para el comercio, se vio obligado a acuñar moneda por el molde de la
Macuquina que hizo romper el Gobierno de Venezuela en la segunda época de la
independencia.
El 18 de junio del mismo 1818, Bolívar
dictará un decreto de tres artículos sobre la materia: “Articulo 10.- La moneda
acuñada en la Provincia de Barinas no circulara en ninguna de las otras
Provincias de Venezuela, en atención a que le falta la ley, el peso y la
perfección del signo. Art. 20. -
Tanto en aquella provincia, Como en las demás de
la República se prohíbe la circulación de otra moneda que la de cordón de oro y plata: la Macuquina del antiguo régimen Español, y la Macuquina acuñada
en Caracas en
la segunda época de la República. Art.30.-
Sin embargo de lo dispuesto en el artículo precedente, en beneficio del crédito
de la Provincia de Barinas, y para evitar los perjuicios
que sufrirán la moneda expresada en el artículo 10. Correrá esta dentro de
aquella Provincia en clase de provincial, mientras se amortiza por el
Gobierno”.
Las casas de Angostura, hechas con piedras,
barro, madera y tejas, encaramadas sobre un cerro rocoso, tenían poca
posibilidad de perdurar en el tiempo sin un mantenimiento cabal y constante, de
suerte que cuando quedaban solas o abandonadas mucho más se agravaba el riesgo.
Como consecuencia del sitio y toma de
Angostura, numerosos inmuebles quedaron abandonados y otros impactados por la
artillería, situación que posteriormente fue aprovechada para el saqueo y el
desmantelamiento que hubo de frenarse con el siguiente Bando: “ Es muy rápida la marcha con que se están
arruinando los edificios de esta Capital, ya concluidos y ya en fabrica por lo
que se han dedicado a destruirlos, reduciendo a leña sus maderas, con perjuicio
de los propietarios, y del ornato de la población, se prohíbe la continuación
de este abuso y el contraventor además de pagar el valor de lo destruido, será
destinado a los trabajos públicos por el termino de tres meses”.
Con multa y trabajo forzado se castigaba
entonces a los delincuentes y los delincuentes no solo eran los marginados de
Angostura sino tripulantes de embarcaciones que pasaban o llegaban por este
puerto. El robo estaba en la orden del día, siempre lo ha estado en tiempos de
guerra, de crisis, y Guayana pasaba por esos males para lo cual hubo que
implementar prohibiciones y castigos. En esos días fueron robados pistolas i
sables en el almacén de Mr. William Handerson, efectos de la catedral así como
prendas, alajas, armas y géneros de otros almacenes y casas particulares.
La gestión de Juan Vicente Cardozo como
Presidente municipal y Gobernador Civil duro hasta el 16 de julio de 1919,
cuando hubo que poner al frente de esos cargos a un militar, atendiendo a la
situación de inseguridad y amenaza como consecuencia del estado de guerra que
se vivía. Lo sustituyo el General de Brigada Tomás Montilla y Cardozo fue
instruido por el jefe supremo para que junto con Eusebio Afanador, Fernando
Peñalver, José Tomás Machado y Pedro León Torres representaran a la Provincia
de Guayana en el Congreso Nacional o Congreso de Angostura que se instalo el 15
de febrero de 1819. Su firma aparece en la Constitución centralista y en la Carta
Fundamental de la Gran Colombia.
Contrajo matrimonio muy tarde a la edad de
44 años, con Doña Margarita Sebastiana Rodríguez, con la que tuvo varios hijos.
Permaneció activo en la política hasta muy avanzada edad, de la que se retiro
decepcionado por el asesinato de su amigo el General Tomás de Heres.
Don Américo ,cuando falleció j.v.cardozo y donde se puede ver su firma del acta deL congreso de AAngostura ...gracias
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