domingo, 29 de noviembre de 2015

ASCENSIÓN FARRERAS

Angostureño hijo de esclavos, que se enroló en el ejército libertador y participó en varias de las acciones militares que se liberaron desde el Orinoco hasta el Perú.
         Entre los 4 mil habitantes que tenía Angostura para la época del Gobernador Manuel Centurión Guerrero de Torres (1766-1776), se contaba el hispano Félix Farreras y sus hijos Martín, primer médico de Angostura; Félix, primer abogado de la ciudad; Apolinar, Ambrosio y Matías, quien ejerció más tarde la gobernación de la provincia de Guayana. Eran  ellos una familia económicamente estable e ilustrada viviendo en una ciudad encaramada sobre un cerro de siete calles y dos barrios.
         Don Félix Farreras, el primer abogado que tuvo la ciudad, adquirió dos negros y vozal procedentes del Esequibo, de nombres Melchor Ambrosio y Juana Nepomucema y por consentimiento de ambos hizo que el Cura parroquial Fray José Moreno los casara el 16 de agosto de 1770.
         De esa unión nació Ascensión Farreras diez años después (1780), adoptando el apellido de los amos de sus padres. Los hermanos Félix y Matías Farreras fueron miembros de la junta Provincial que en Guayana siguió el ejemplo de la Junta Suprema de Caracas para gobernar en nombre de Fernando VII. Gobernaba entonces Felipe Iniciarte y al renunciar, el doctor Félix Farreras fue designado Intendente de la Provincia y su hermano Matías jefe de la guarnición con el rango de coronel. La junta apenas duró 23 días, al cabo de los cuales se disolvió para reconocer al Concejo de la Regencia como único y legítimo representante de Fernando. Farreras no obstante quedó encargado del gobierno hasta 1815 y persiguió a los angostureños que se manifestaron a favor de la junta suprema de caracas.
         El poder político de las farreras facilitó el ingreso de Ascensión Farreras a la Guarnición de la provincia que para entonces contaba con 350 plazas, distribuidas entre la capital, las fortalezas de Guayana la Vieja, Barcelona, Sacupana, San Carlos de Rió Negro y San Luis del Caura, entre otros.
         Farreras comanadaba dos Flecheras realistas durante la conquista de Guayana y tal como posteriormente lo hiciera su paisano Tomás de Heres en el sur con el Batallón Numancia, se pasó con ellas al bando patriota, reforzando así las escasas unidades de las Fuerzas Sutiles del Orinoco comandadas por el Capitán margariteño Antonio Díaz.
         Aceptado en las filas patriotas, Ascensión Farreras debutó con el grado de Teniente en el Hato la Hogaza, donde se dio la primera batalla – 2 de diciembre de 1817- de la campaña del centro planificada por bolívar contra el ejercito español mandado por pablo morillo y el Brigadier Miguel de la Torre.
Este hecho de armas que destrozo la División del general Pedro Zaraza, obligo al libertador replegarse a Guayana donde organizó un Ejército de 3 mil hombres para ir a reunirse con Páez en San Juan de Payara, lo que hizo embarcando parte de las tropas en 29 buques y el resto en marcha por la orilla del Orinoco.
Farreras, por supuesto, iba en esa tropa que se unió a los llaneros de Páez. Bolívar atravesó el Apure y en dirección hacia el centro derrotó la caballería de Morillo en Calabozo y el Sombrero, hasta donde lo acompañó Páez debido a que sus caballos no serían útiles más allá de los Llanos, por lo que regresó a tomar a San Fernando de Apure sitiado por Miguel  Guerrero. Bolívar, entre tanto, planteó  contra Morales una batalla en las proximidades  del río Semen, pero fue derrotado, viéndose obligado a retirarse al Rincón de los Toros donde se registró un atentado contra su vida.
De vuelta a Angostura, Bolívar se preparó para invadir a la Nueva Granada atraído por el panorama que desde Casanare le trazó el General Santander y como oficial más entre muchos el teniente Ascensión Farreras fue ganando espacio y desalojando a la oposición realista, ya en la batalla del Trapiche de Gamarra en 1819 como en la Ocaña y Teorama en 1820 donde obtuvo el ascenso a Capitán de infantería el 15 de julio de ese año.
Siguieron luego Mambuco, Bomboná y Tambo Pintado en 1822; Chocó, Pasto y Catambuco en 1823 y Pasto y Barbacoa donde fue ascendido a Teniente coronel el 12 de agosto de 1824.
A mediados de 1825, concluida la guerra del sur, obtuvo su licencia para regresar a angostura a donde llegó el 15 de marzo de 1827, “después de un largo y dilatado viaje de más de 15 meses”, a decir del historiador Bartolomé Tavera Acosta.
Gobernaba (1823-1828) la provincia de Guayana el Coronel José Manuel Olivares, partidario de Bolívar en los angustiosos días de Colombia por las diferencias políticas entre Bolívar y Santander.
El Gobernador Olivares fue objeto de constantes alzamientos en Angostura. El último, precipitados de su caída, ocurrió cuando el Cnel. José Félix Blanco fue designado Intendente y comisionado especial del Libertador. En ese levantamiento estaban comprometidos el teniente Cnel. Ramón Contasti recién llegado a la Campaña del sur al igual que Ascensión Farreras. A Farreras precisamente le tocó vigilar al coronel Pbro. José Félix Blanco y ponerlo fuera de Angostura en un steam boat propiedad de James Hamilton que lo llevó hasta cabruta.
En 1828, año de la Convención de Ocaña y la Dictadura de Bolívar en Bogotá, a Farreras le tocó viajar a Colombia en misión de respaldo del Gobierno de la Provincia de Guayana al Libertador y de allá regresó en febrero del año siguiente con el cargo de Jefe de las Fortalezas de Guayana, que desempeño hasta 1835. Durante ese lapso se produjo la muerte del libertador y la separación de Venezuela de la Gran Colombia, motorizada por el general José Antonio Páez y a la que se opuso el Gobierno de Guayana, siempre fiel al ideario de Bolívar. De manera que el alzamiento de José Tadeo Monagas desde Oriente a favor de la unidad grancolombiana el 15 de enero de 1831 contó con el respaldo de un movimiento de este lado del Orinoco encabezado por el Coronel Remigio Fuenmayor que depuso al Gobernador de Guayana Eusebio Afanador y al Comandante de Armas coronel Juan Antonio Mirabal, próceres ambos de la guerra de independencia.
Meses después, el 24 de junio, Páez y Monagas se entrevistaron en Valle la Pascua y llegaron a un acuerdo que abarcó amplia amnistía. No obstante, esta amnistía fue violada en Guayana, pues el coronel Remigio Fuenmayor fue fusilado en la Plaza de Angostura, al igual que su antiguo comandante Piar al lado del cual peleó en la Batalla de San Félix. Ascensión Farreras desde la comandancia de las Fortalezas de Guayana siempre estuvo al lado del gobierno de Páez desde la disolución de la Gran Colombia, al igual que lo estuvieron sus compañeros de armas en el Sur, Tomas de Heres y Ramón Contasti. Estuvo en contra del alzamiento de Monagas apoyado por el coronel Remigio Fuenmayor e igualmente contra la llamada Revolución de las Reformas que depuso al Presidente José María Vargas.
Siendo el general Tomas de Heres ya Gobernador como Comandante de Armas de Guayana entre 1836 y 1842, Ascensión Farreras permaneció a su lado y figuró entre los miembros principales del llamado partido político de los “Antropófagos” como sus contrarios, los liberales liderizados por Juan Bautista Dalla Costa, tildaban a los conservadores de Guayana. Un año después de la muerte de su amigo Tomas de Heres, el Coronel Ascensión Farreras decidió salir de la viudez, pues estando en Ocaña (Colombia) en 1820 durante la Guerra de Independencia, falleció su esposa Tomaza Sedeño. De manera que su segunda esposa pasó a ser manuela Vidal, hija del Capitán Gaspar Vidal, quien sirvió en la Caballería de Piar. Manuela tenía 15 años cuando se caso con Farreras que ya era septuagenario.
Bajo el gobierno (1851-55) de José Gregorio Monagas, Primera Lanza de Venezuela y Libertador de los esclavos, Ascensión Farreras fue ascendido a coronel efectivo del Ejército (1853) y cinco años luego (1857) el Presidente José Tadeo Monagas lo designó Comandante de Armas de la Provincia de Guayana. El 20 de diciembre de 1861, en plena dictadura de Páez y en los albores del triunfo de la Guerra Federal, fue. Ascendido a General de Brigada y el 12 de febrero de 1864, el general Juan Crisóstomo Falcón, primer Presidente a raíz de la victoria de la Guerra Federal, lo ascendió a general de división. Tenía 94 años. Once meses después, 18 de enero de 1865, moriría. El cargo más importante que Farreras llegó a desempeñar en Guayana fue el de Comandante de Armas, un año después de dividida Venezuela en 20 estados federales. También fue varias veces diputado provincial y presidente del Concejo Municipal de Heres.
El historiador carupanero Bartolomé Tavera Acosta, heredero de sus Memorias, dice en los Anales de Guayana que Ascensión Farreras, quien algunas veces llegó a firmarse como Asunción, figura en los anales de la historia continental junto con Ramón y Oracio contasti como los tres únicos hijos de Guayana que honraron con cu nombre el título de ilustre Prócer de la Independencia sub. Americana.
Ascensión Farreras, nombre que signa un Municipio (Santa Rosalía), una Artillería (Guri), una Escuela y una Plaza que antes estuvo llena de árboles y hoy esta condenada por el concreto desolado y la servisumbre de los carros, ciertamente es un prócer sudamericano, pero también un héroe.
No un héroe divinizado a lo griego o de extraordinarias proezas guerreras, pero si un héroe de su propia aventura. La aventura de haber nacido de un vientre de esclavos bozales para remontar los obstáculos de sus raíces y crecer contra los vientos de los prejuicios raciales y la acidez escasamente abandonada de una sociedad de vicios ancestrales.
Farreras necesitó de una vida longeva para llegar a lo que aspira todo militar: ser General de división. Vivió 95 años, casi una centuria para sentirlo y disfrutarlo, aunque ya sin la fuerza emocional de otros tiempos, de las propias manos del Centauro de los Llanos; Pero como ha sólido ocurrir con la gente de su estirpe, lo logró, obtuvo la jerarquía militar máxima, no en cursos académicos programados o muellemente detrás de un escritorio, sino a través de una carrera densa donde el fuego de las batallas y de los conflictos civiles lo quemó siempre de muy cerca.
Como el prócer angostureño Tomás de Heres, fue comandante de armas de la provincia, legislador de la región, Presidente del Concejo del cantón heriano. En fin, un civil y militar a carta cabal, respetuoso de la institucionalidad y del estado de derecho, insobornables y consecuente con quienes navegaron, cabalgaron y caminaron más allá del Orinoco y del Meta para ayudar con su esfuerzo a la libertad de muchos pueblos.

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