Prócer
civil de la independencia, parlamentario desde los augustos días del Congreso
de angostura y primer gobernador constitucional de Guayana al recobrar Venezuela
la soberanía que había perdido por virtud de la unidad Gran-Colombiana.
El prócer Eusebio Afanador que no
sabemos hasta que punto lo distinguen las generaciones de hoy, perteneció a una
familia cuyo tronco principal lo representa un señor llamado José, es decir,
don José Afanador, quien es procedente
de la ciudad de Cádiz llegó y se radicó en Angostura en tiempos del gobernador
Manuel Centurión (1766-1776). Aquí en esta ciudad del Orinoco contrajo
matrimonio con María Encarnación de Salas. De esa unión nacieron Isidro,
Eusebio, Nicanor, Antonio, Plácido y Melchor, a finales del siglo dieciocho,
cuando María Encarnación falleció, don José Afanador se caso con Saturnina de
Salas, hermana de ésta, el 16 de agosto de 1816.
La viudez y segundas nupcias de José
afanador ocurrieron un año antes de la toma de Guayana por lo patriotas; sin
embargo, desde el 11 de mayo al 3 de julio de 1810, apenas 22 días, Guayana
había estado al lado de la Junta Suprema de Caracas, gracias a la intervención
de hombres decididos como el propio afanador y sus hermanos, no obstante la
convicción realista de su padre.
Pero de esos hermanos afanador,
fueron Eusebio y Nicanor quienes realmente destacaron en la actividad política.
Eusebio tenía 22 años cuando los sucesos del 19 de abril de 1810 repercutieron
en Guayana.
Entonces él, junto con Ramón
Contaste, Francisco Pildaín, Juan Crisóstomo Roscio, José Tomás Machado, Pablo
Yánez, Juan Vicente Cardozo, Manuel Maneiro y Manuel Moreno, entre otros
criollos, convinieron en seguir el ejemplo de caracas y llegaron a tener el
poder en sus manos, pero fueron presos y perseguidos por los blancos hispanos
una vez que maniobraron y reasumieron al mando.
A excepción de Manuel Maneiro,
Manuel Moreno y Juan Vicente Cardozo que escaparon, los demás comprometidos
fueron presos, unos en la Cárcel de Angostura y otros enviados aprisiones
foráneas. Todos ellos sobrevivieron en la persecución y al cautiverio agravado
con grillos y cadenas, excepto Juan Crisóstomo Roscio, pasado por las armas el
24 de junio de 1813 en la prisión de Puerto Cabello. Manuel Moreno, hijo de
Joaquín Moreno de Mendoza, fundador de Angostura, se refugio en el centro y en
noviembre de 1810 fue electo diputado por Valencia al Congreso de 1811. A los 5
días de haberse instalado, el Congreso lo eligió miembro suplente y le
correspondió iniciar el ejercicio de la presidencia del Triunvirato por
ausencia de Cristóbal Mendoza, quien se hallaba en Barinas.
Durante la Campaña de Guayana que
culminó el 17 de julio de 1817 con la Toma de Angostura, este puñado de
patriotas volvió a integrarse a la lucha incluyendo a otros como Ascensión
Farreras y a los que desde 1816 lucharon al lado del general Manuel Piar, tal
el caso de Joaquín moreno, también hijo del fundador de Angostura, como el de
Bibiano Vidal, Venancio y Víctor Ríobueno.
Eusebio Afanador, quien se hallaba
exiliado en Martinico, donde contrajo matrimonio en 1816 con María Magdalena
Pérez Guevara y Lira, volvió a su tierra natal en 1818 e inmediatamente se
reportó para ofrecer sus servicios a la causa patriota.
Su primera responsabilidad la
adquirió en enero de 1819 al ocupar una curul en el concejo municipal, pero
apenas la ejerció algo más de un mes debido a que en febrero resultó electo
diputado al congreso Nacional (congreso de angostura) y la vacante que por tal
motivo dejó en la municipalidad, fue llenada por José María Fortique.
Representantes de la provincia de Guayana en el congreso de angostura
resultaron electos además, Juan Vicente Cardozo, Fernando Peñalver y general Pedro
León Torres.
También
durante el tiempo de receso, Eusebio Afanador formó parte de la Comisión
permanente del Congreso y el 17 de diciembre de 1819 suscribió, junto con el
resto de la diputación, la ley que creaba la República de la Gran Colombia. Luego
como Senador concurrió al Congreso de la flamante gran República reunido en
Bogotá en 1825, justo cuando Bolívar se hallaba en plena campaña del sur y
desde el propio corazón de valencia comenzaba a germinar la idea de sustraer a
Venezuela de la tutela de Bogotá: Eran muy largas las distancias,
controvertidos los temperamentos, frecuentes los reclutamientos y cada vez más
onerosos los impuestos. En Guayana la situación se agravaba por la terquedad de Bogotá de sostener en la
gobernación al caraqueño José Manuel Olivares contra el cual ya había ocurrido
un alzamiento que costó el fusilamiento (1824) de Anizeto Maldonado Y Félix
Figuera en la misma plaza donde piar fue pasado por las armas. Olivares había
participado en la batalla de san Félix y actuado como testigo adverso en el
juicio seguido a Manuel piar.
El sacerdote José Félix Blanco
también había estado bajo las órdenes de piar en las Misiones del caroní en
1817, diez años después se desempeñaba como intendente del departamento Orinoco
con cabecera en Barinas y del cual dependía la Gobernación de la provincia de
Guayana a cargo de José Manuel Olivares.
Grupos de políticos y comerciantes
se resistían a más impuestos y José Félix Blanco, como Intendente y comisionado
del Libertador; navegó desde Barinas hasta angostura a poner las cosas en
orden. Pues bien, en julio de 1827 y a fin de hacer efectivo los impuestos
decretados por el gobierno de Bogotá, puso pie en tierra de angostura, pero el
30 de octubre, Eusebio Afanador, los coroneles Ramón Contasti y Francisco
Pildaín, unidos como en sus viejos tiempos, condujeron un movimiento cívico
militar que dio al traste con el gobierno legitimo. Del seno de los integrantes
del movimiento surgieron nuevas autoridades: el alcalde Felipe Domínguez, como
gobernador, y coronel Remigio Fuenmayor, comandante de armas. El intendente fue
expulsado en un team-boat de James Hamilton que lo llevó hasta cabruta bajo la
vigilancia del coronel Ascensión Farreras. Pronto las novedades trascendieron y
el gobierno de Bogotá puso en manos del general José Laurencio Silva,
comandante General del Departamento Orinoco, la pacificación de la provincia de
Guayana.
El general José Laurencio Silva
llegó a Angostura el 17 de diciembre de ese año 1827. Tomó militarmente la
ciudad, repuso a José Manuel Olivares en su cargo de Gobernador y reprimió a
los principales protagonistas del movimiento. Eusebio Afanador, Felipe
Domínguez y Lorenzo Lezama fueron remitidos presos a Bogotá y los otros a
Valencia y Cumaná.
Transcurridos dos meses, exactamente
el 16 de febrero, el Intendente blanco fue destituido a causa de una denuncia
hecha por notables de Barinas. En abril el Gobernador olivares corrió la misma
suerte y, ya destituido, publicó un libelo denunciando una serie de hechos que
oscurecían la hoja de servicio del sacerdote y coronel del ejército José Félix
Blanco.
La respuesta de blanco, realmente
enardecida, no se hizo esperar. En ella expuso detalladamente y de manera
documental toda su actuación tanto en las misiones como en la intendencia, sin
dejar insistentemente de acusar y exponer al desprecio público la conducía
militar y política de su paisano (ambos eran caraqueño) del general José Manuel
Olivares.
Eusebio Afanador siempre tuvo
reservas con relación al proyecto de unir a Venezuela y Nueva Granada en una
sola república y consecuente con esa idea apoyó la separación atizada por el
general José Antonio Páez y materializada por el Congreso convocado por él y el cual se instaló en valencia el 6 de mayo
de 1830 bajo la presidencia del doctor Miguel peña. Asistieron entonces a ese
evento trascendental, en representación de la provincia de Guayana, los
diputados J. Alvarez y A.J. Soublete. En septiembre se aprobó la constitución y
de acuerdo con ella, el Presidente Páez, juramentado como tal, procedió a
estructurar la nueva República empezando por designar a los Gobernadores,
escogidos de una terna presentada por
las diputaciones provinciales. Guayana fue favorecida entonces con la figura de
Eusebio Afanador para un período constitucional de cuatro años, pero apenas ejerció el mandato por escaso tiempo
debido a que el oriente, incluyendo Guayana, se levantó en armas para secundar
sorpresivamente al general José Tadeo Monagas que proclamaba desde Aragua la
vuelta a la unidad gran colombiana.
Remigio Fuenmayor, comandante de la
guarnición de angostura, depuso al Gobernador Eusebio Afanador el 19 de febrero
de 1831 y al Comandante de Armas, copronel Juan Antonio Mirabal, mientras el
Gobierno nacional designaba al general Pedro Hernández, jefe de operaciones,
para someter la provincia de Guayana, lo que fue posible pacíficamente después
de la entrevista Páez y Monagas en valle de la pascua el 24 de junio.
Parte del acuerdo de rendición de
Monagas, fue una amnistía general; sin embargo, el general pedro Hernández, sin
Juicio previo y violando los términos de la amnistía, pasó por las armas a
Remigio Fuenmayor en la plaza de
angostura el día 6 de agosto, así como al teniente Nicolás Quiroga y al
sargento Justo Prieto. Indignado Eusebio Afanador por ese hecho de toda lógica
republicana, protestó energéticamente ante el gobierno nacional, se separó de
la Gobernación y dejó en su lugar a pedro Volastero.
Después de esa experiencia ingrata
como gobernador, Eusebio Afanador prefirió retornar a su vida parlamentaria
favorecido por el voto mayoritario de las angostureños que lo llevó al congreso
durante los años de 1835 al 38, vale decir, durante los gobiernos del doctor
José maría Vargas y el general Carlos Soublete. Este último casado con Isabel, hermana
de Juan Bautista Dalla-Costa.
Juan Bautista Dalla-Costa fundó el
primer partido político que tuvo Guayana: “Los Filántropos”, para hacerte
frontal oposición al gobierno conservador del general Tomás de heres y al cual,
como pensador liberal, secundo Eusebio Afanador, lo mismo que sus hermanos,
incluido Nicanor, quien tras una ardosa carrera política terminó ejerciendo el
magisterio sacerdotal.
El enfrentamiento entre liberales y
conservadores llegó a un grado tal que provocó el asesinato del general Tomás
de Heres, quien desde 1829 que regresó de la campaña del Sur, se había erigido
en el principal caudillo militar de la provincia de Guayana. Su poder de mando
y severidad jamás pudieron tolerarlo los liberarles o filántropos que
despectivamente calzaron el cognomento de “Antropófagos” a quienes militaban en
las filas del partido Conservador.
La muerte de Heres, ejecutada
alevosamente en la noche del 9 de abril de 1842, todavía no esclarecida,
consternó a Venezuela y los ojos acusadores de los conservadores se posaron en
algunos liberales como cerebro de la mano mercenaria que ejecutó el abominable
crimen.
Desde entonces y hasta su muerte
ocurrida el 12 de julio de 1849, comenzó don Eusebio Afanador a hacer mutis en
la escena pública, seguramente abochornado, decepcionado, deprimido por el odio
político extremado en muertes violentas. El odio y la revancha pugnando y
sobreponiéndose a toda discusión de altura parecía ser una constantes el
ambiente político de aquellos tiempos y esta baja pasión no podía tener cabida
en el alma de un liberal republicano como siempre lo fue la rama más espigada
del tronco mayor de los Afanador en Guayana.
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ResponderEliminarEstimado Don Américo Fernández,
ResponderEliminarAntes de fallecer, mi tío paterno, Roger Alfredo Sánchez Inojosa, hijo de mi abuelo Delfín Sánchez Inojosa, me comentó que nuestra familia esta relacionada con la familia de Don Eusebio Afanador por parte de mi tatarabuleo. Mi abuleo, Delfín Sánchez Inojosa nació y crecio en Ciudad Bolívar (Angostura) a principios del siglo XX. Le estaría muy agradecido por cualquier información que usted pueda proveerme al respecto.
Agradeciendole de antemano su gentileza,
Alejandro Sánchez Alvarado, Ph.D.
Member, American Academy of Arts and Sciences
Miembro, Academia de Ciencias de América Latina